Así mantenenemos el orden.- Dios los bendiga.-
Me encantaría q si alguien tiene este libro lo postee.-
El dador de sueños
por Bruce Wilkinson
Encontré este comentario muy buen libro.-
La parábola del dador de sueños No hace mucho tiempo ni muy lejos de aquí, un don Nadie llamado Ordinario vivía en la Tierra Familiar. Cada día era casi igual para Ordinario. En las mañanas se levantaba e iba a su Trabajo Habitual.
Después del trabajo, comía casi lo mismo que había cenado la noche antes. Luego se sentaba en su butaca y veía la caja que hipnotizaba a gran parte de los don Nadie durante la mayoría de las noches.
A veces, Mejor Amigo venia aquí a unirse a Ordinario delante de la caja. Otras veces, Ordinario iba a la casa de sus Padres y la veían juntos. Por lo general, en Familiar no pasaban muchas cosas que no hubieran pasado antes. Ordinario pensaba que estaba contento. Encontraba confiables las rutinas. Se mezclaba con la multitud. Y la mayoría de las veces, solo deseaba lo que tenía.
Hasta el día en que Ordinario notó un pequeño y fastidioso sentimiento de que algo grande perdía de su vida. El pequeño sentimiento creció. Y aun cuando en Familiar un don Nadie casi nunca esperaba lo inesperado, Ordinario comenzó a desearlo.
El tiempo pasó. Entonces una mañana Ordinario se despertó con estas palabras retumbando en su mente: Qué estás perdiendo, tú ya tienes, ¿Sería cierto? Ordinario miró una y otra vez. Y luego descubrió que en un rinconcito de su corazón yacía un Gran Sueño. El gran Sueño le dijo que el, un don Nadie, estaba hecho para ser Alguien y estaba destinado para lograr Grandes Cosas.
Saltando de la cama, Ordinario descubrió algo mas: una larga pluma blanca descansaba en el alféizar de su ventana. ¿De dónde vino? ¿Qué significaba? Con un sobre-salto de entusiasmo, Ordinario decidió que iría a visitar al Dador del Sueño.
Ahora bien, Ordinario había escuchado rumores de varios de los don Nadie en Familiar que despertaron a un Gran Sueño. Sin embargo, nunca se había imaginado que le pasaría a él.
Se apresuró en vestirse, con su Gran Sueño golpeándole con alegría en su pecho. Estaba ansioso por llegar a su Trabajo Habitual y contarle a Mejor Amigo las noticias.
Aún así, en su camino al trabajo, Ordinario se dio cuenta que tenía un problema. Su gran Sueño era demasiado grande para un don Nadie como Ordinario. Le daría vergüenza contárselo a alguien. Es probable que hasta Mejor Amigo se riera. Sin embargo, Ordinario estaba demasiado entusiasmado como para guardar su sueno para el. En cuanto vio a Mejor Amigo, le soltó las noticias: -¡El Dador del Sueño me dio un Gran Sueño! ¡Me hicieron para ser Alguien y me destinaron para lograr Grandes Cosas!-.
Mejor Amigo lo miró sorprendido, pero no se rió. -Eso es muy... grande-, le dijo -Así que si yo fuera tú, no le hablaría demasiado de este Sueño a los tuyos. Los don Nadie de por aquí te podrían tomar por loco-. Ordinario no quería que lo vieran como un loco. Por lo tanto, después de eso guardó su Gran Sueño para sí.
Un día tras otro, Ordinario se presentaba a su Trabajo Habitual. Sin embargo, mientras trabajaba, pensaba en su sueño. El anhelo de Ordinario por su Gran Sueño crecía cada vez más, hasta que al final se dio cuenta que nunca sería feliz a menos que fuera en su busca. ¿Por qué el dador del Sueño no lo hizo posible? Si el Dador del Sueño no lo hacía, ¿cómo Ordinario abandonaría jamás a Familiar? Ordinario se sintió atrapado por completo. El tiempo pasó, pero nada cambió. Comenzó a odiar a su Trabajo Habitual. A mi no me hicieron para esto, se decía. ¡Lo se! Al poco tiempo comenzó a preocuparle de que quizá no recibiera en absoluto un Gran Sueño. Es posible que se lo hubiera inventado todo. Y por días se ponía triste.
Una tarde Ordinario fue a la casa de sus Padres a ver la caja. Sin embargo, su caja estaba rota, de modo que la casa estaba muy silenciosa.
En la quietud, Ordinario comenzó a pensar en su Sueño. Examinó a su Padre sentado en la butaca, con la vista fija en el periódico de una sola página Noticias de los Don Nadie. A lo mejor el puede ayudar. -Padre -dijo Ordinario-. Estoy cada vez más triste. Ya no me gusta mi Trabajo Habitual. Es más, cree que lo odio.
Padre levantó la vista. -¡Eso es terrible! -dijo-, ¿Qué pasó? Sin poder detenerse, Ordinario comenzó a hablar acerca del Dador del Sueño y de su Gran Sueño. -¡Me hicieron para ser Alguien y lograr Grandes Cosas! -dijo. Y entonces le dijo a su Padre el Nombre de su Sueño. Mientras hablaba, su voz temblaba. Estaba seguro que su Padre se reiría o lo llamaría loco. Sin embargo, su Padre no lo hizo.
-No me sorprende escucharte decir esas cosas -le dijo. -¿No? -dijo Ordinario. -No -dijo su Padre. Tú tenías ese Sueño incluso desde que eras pequeño. ¿No lo recuerdas? Tenías la costumbre de construir ese mismo sueño con palos y lodo delante de esta misma casa.
Entonces Ordinario lo recordó. ¡El siempre tuvo su Sueño! Era lo que siempre quiso hacer y lo que siempre pensó que seria bueno al hacerlo. Sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Padre -dijo-, cree que nací para hacer esto. Ordinario y su Padre se sentaron juntos en silencio, su Padre preguntó:
-Cuando despertaste a tu Gran Sueño, Hijo, ¿dio la casualidad que encontraste... una pluma?
Ordinario estaba impresionado. ¿Cómo lo supiste? -preguntó.
-Hace mucho tiempo desperté a un Sueño también -dijo su Padre-. Y vino con una larga pluma blanca. Era un maravilloso sueño.
Guardé la pluma mientras esperaba una oportunidad de buscarlo. Esperé y esperé. Sin embargo, nunca me pareció posible... Un día noté que la pluma se había vuelto polvo.
De todas las palabras tristes que jamás Ordinario escuchara, estas eran las más tristes. Antes de marcharse esa noche, su Padre lo abrazó.
-No cometas el mismo error que yo, Hijo -le dijo-. No tienes que quedarte en un don Nadie. ¡Tu puedes ser un soñador!.
El Dador del Sueño me dio un Gran Sueño incluso antes de nacer.
¡Al fin acabo de despertarlo!
"Me entristece pensar que muchos don Nadie se están perdiendo algo tan grande".